jueves, 17 de julio de 2008

el cajón de las emociones de María

Martín siempre me acusa de guardarme todo, de no decir nunca las cosas que me pasan. Sobre todo cuando son cosas negativas.
A veces, es verdad. Pero me cuesta reconocerlo.
Es como darle la razón, y no puedo. Mi soberbia amenaza con castigarme si lo hago. Me supera.
Analicé y busqué los motivos del por qué.
Entre ellos encontré un par un tanto irracionales y otro par medio rebuscado. Preferí hacerlo yo, antes de que Martín comenzara a sacar conclusiones y suponer motivos fantasmagóricos.

Motivo número 1.
Soy una persona emocionalmente trancada. Me encantaría decirle que tuve una infancia o una adolescencia complicada, que mis padres no me quisieron o que nunca tuve un poquito de cariño. Pero no puedo. Más bien, la génesis estaría dada en esa condición que supe desarrollar hace un tiempo como defensa: la de trancada.

Motivo número 2.
Podría utilizar la excusa de que las cosas se dicen cuando se enfrían. En el momento, quizás uno las piensa de cierta manera, pero en el fondo terminan saliendo -arrebatadamente- de otra, de la manera que lastima o de la que pasa desapercibida. Me gusta pensar las cosas, y tengo la inaguantable tendencia hacia la racionalización, por lo que si voy a decir algo, seguramente lo diga días después.

Motivo número 3.
Quizás es esta sensación subjetiva de como cuando una persona grita todo el tiempo para hacerse escuchar. Puede que finalmente, cuando tenga algo importante para decir, su grito se haya convertido en una molestia constante, incapaz de llamar la atención, y por lo tanto insignificante.
Tengo miedo de que mis palabras se conviertan en un zumbido, o mucho peor: un zumbido sin sentido.

Motivo número 4.
Puede que tenga la susceptibilidad a la miseria. Y como es sabido, el universo funciona de manera mecanicista: mi palabra desencadena una reacción, que se traduce como palabra o acción.
Si un científico se siente perdido ante aquello que todavía no pudo descifrar, ¿por qué yo no me sentiría perdida por cómo podría él reaccionar, si encima soy yo la que anda sensible?



(continuará
)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

son bastante razonables, te dire

Yugoslavija dijo...

coincido con la personita de arriba.
de todas maneras, elijo el número 3, ese suele representarme de vez en cuando.

qué excelente todo esto, me gusta mucho.

LECTORA dijo...

continuara?
invitada a charlas con mis voces reunidas..
beso

ARACA CORAZÓN dijo...

Amiga que le vamo´a hacer.

Sos una trancada emocional.

Y si tenès que putear, hacelo.

Que es eso de andar coartando tus impulsos agresivos!