miércoles, 19 de marzo de 2008

what goes around comes back around

Sin tener mejor cosa que hacer, María pensó en las millones de veces que dijo "No sabés lo que te perdés".
A veces, lo quería expresar en otras palabras, pero lo único que conseguía articular era un vos te lo perdés arrebatado.
Muchas veces lo había dicho por bronca, por desesperación, por tratar de incitar a alguien que le dé con ese gusto que en el fondo se consideraba capricho. Pero cada vez que lo decía, naturalmente lo creía.
Su seguridad se caracterizaba por ser exorbitante e indiscutible. Pero esta vez las cosas distaban de ser como lo eran en un principio.
Esta vez no era como las otras por que, esta vez, él le había ganado de mano. Sin que le tiemble el pulso le dijo el "vos te lo perdés" que ella tantas veces había dicho con tanta confianza y decisión.
En ése momento todo comenzó a cerrar: ¿y si era ella la que se perdía todo lo
bueno y no los demás como ella creía?

sábado, 15 de marzo de 2008

excomulgado del mundo literario



Jaime Bayly es un excelente escritor peruano, con un par de novelas a cuestas y uno que otro programa televisivo.
Actualmente, escribe en la revista argentina Veintitrés, en una sección llamada "Mundanas".

En Mundanas, Bayly relata historias cortas y aparentemente reales, sin aclarar si son ficticias o no.
De todas maneras, estos relatos, escritos de una manera fascinante y con una crudeza evidente, hacen que uno no pueda dejar de leerlos o siquiera interrumpirlos durante su lectura.

Me pareció interesante compartir esta carta escrita al correo de lectores de la revista Veintitrés (1º párrafo) por un tal Eduardo Giovanardi.

[En realidad, debería admitir que no me pareció interesante compartir esta carta, sino más bien sentí la necesidad de demostrar que el pensamiento retrógrado personificado puede andar por ahí como si nada y lo peor: escribiendo cartas y enviándolas.]

Está de más recalcar la brillante respuesta de la revista. (click para agrandar la imágen). Como se suele decir: la mejor defensa es una buena ofensa.

Después de leer semejante barbaridad, por parte del Sr. Giovanardi, el primer pensamiento que acudió a mi memoria fué una línea del libro "Argentinos: mitos, manías y milongas":
"Estamos como estamos, porque somos como somos".

jueves, 13 de marzo de 2008

hipocondría

- ¿Doctor? Quiero pedir un turno.
- Ya le dije Rosa: usted no tiene nada.
- ¿Doctor? Quiero pedir un turno.
- Rosa, por favor. Usted está sana.
- ¿Doctor? Quiero pedir un turno.
- Basta. ¡No tiene nada!
- ¿Doctor? Quiero pedir un turno.
- ¡No, no le voy a dar un turno!
- ¿Doctor? QUIERO PEDIR UN TURNO.
- ¡No! ¡Nada!
- Doctor, quiero pedir un turno.
- Ay, Rosa...
- ¿Doctor?
- Sí Rosa, querés pedir un turno.


Y así, por los siglos de los siglos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

as I sat sadly by her side

la imágen de su cuerpo sobre mi cama, gélido y desnudo reverberó sin compasión en mi cabeza.
y así quedó por días: haciendo eco en mis retinas sin darme respiro.
hasta que finalmente, mis emociones -estancadas por mucho tiempo- estallaron súbitamente y en un arrebato de lucidez, comprendí.
No eras vos, era yo.

martes, 11 de marzo de 2008

técnicas y estrategias

¿Para qué sirven los lunares? preguntó ella, mirando atentamente uno pequeño que se encontraba en uno de sus tobillos.
sonriendo, mientras observaba un lunar ubicado estratégicamente sobre la rodilla de Cecilia, él contestó: Para jugar a unir los puntos y ver qué pasa.

lunes, 10 de marzo de 2008

oh, mon dieu!

me levanto y pienso: "vamos, algo tiene que doler hoy".
se me agotaron las excusas para no a hacer todo lo que tengo que hacer.

viernes, 7 de marzo de 2008

i've never felt so much alike

apretás el acelerador bruscamente, mientras me mirás. siento miedo. se me ocurre pensar que en cualquier momento, mi vida, vos y yo, -todo, todo- quedará resumido a un montón de chatarra oxidada o a una noticia en el diario local. en las últimas páginas, pienso. las que nadie lee.
en algún lugar de mi cerebro descubro atajos neuronales y razono rápidamente: me gustaría poder decirte que prestes atención al semáforo, que -en una atávica pulsión suicida- (o acto delictivo) acabás de pasar en rojo. pero no puedo.
hace un tiempo atrás, terminé por aceptar mi adicción a la adrenalina. no puedo evitar sonreír.
no es miedo. es otra cosa.
es eso.
es la empatía que nos une y la adrenalina que nos invade.

martes, 4 de marzo de 2008

ignorancia

en una reunión familiar
amiga: ¿le tenés ganas a tu primo?
prima: ¡no! ¡incesto!
primo: ¡insecto vos, pelotuda!